Josep Soler i Sardà (Vilafranca del Penedès, 1935 - Barcelona, 2022) fue discípulo de René Lewobitz en París (discípulo a su vez de Anton Webern y Maurice Ravel, y amigo de Shoenberg) y de Cristòfol Taltabull, ya en Barcelona. Es considerado una figura fundamental de la Generación del 51 y, además de su importante producción musical que incluye, entre otras, 16 óperas y 8 sinfonías. Desarrolló además una importante labor teórica como ensayista. Siguió la tradición que le enseñaron: la emoción musical sustentada por una técnica y una estructura llevadas al máximo grado.

Miembro de la Reial Acadèmia Catalana de Belles Arts de Sant Jordi desde 1982, recibió el Premi Nacional de Música de Catalunya en 2001 y el Premio Nacional de Música de España en 2009.