En los últimos años, el concepto de sistemas de organización espontánea (es decir, la idea de que existen sistemas complejos en los que el caos y la aleatoriedad dejan paso espontáneamente a un orden inesperado) ha acercado a investigadores de disciplinas diversas, como la inteligencia artificial o la química, pasando por la geología o la biología.
En La organización espontánea de la economía, Paul Krugman muestra cómo principios comunes a sistemas que se organizan espontáneamente tienen aplicación a cosas y hechos tan diversos como los huracanes, los terremotos o las ciudades; los embriones, los barrios marginales o las recesiones.
Combinando elementos pertenecientes a disciplinas tan alejadas como la teoría de la localización o la biología, nos ofrece una visión innovadora, a la vez que sorprendente, de cómo la economía se estructura de forma espontánea en el espacio y en el tiempo, desde el caos al orden inesperado.